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Damian Loreti, abogado especialista en derecho a la información y la libertad de expresión, disertó en Paraná invitado por el SATSAID y el ministerio de Cultura y Comunicación de la provincia. El letrado, quien participó en la redacción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, se refirió al origen de la ley en relación con principios de la libertad de expresión, y el trayecto que recorrió hasta llegar al fallo de la Corte Suprema de Justicia, pasando por las audiencias públicas.
Consultado sobre el rol de las Universidades en el proceso que dio lugar a la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el especialista Damian Loreti, sostuvo que "tuvieron un rol preponderante en la construcción del ideario de la ley. Muchos docentes universitarios participaron de los foros y de la redacción de las propuestas".
"Y lo que viene me parece que es encontrar en la vida de las Universidades mucho oxígeno para nuevas estéticas, para nuevos planteos informativos, para nuevas agendas", apuntó Loreti y agregó: "me parece que la construcción de una agenda propia de parte de las universidades va a tener mucha incidencia en términos de pluralismo".
Asimismo, el letrado contó que "hubo quien acusó a los redactores de la ley de haberla hecho en laboratorios universitarios. Lo cual es bueno porque en otros casos los decretos se redactaban en los estudios jurídicos de las empresas. Así que es un avance en términos de la democracia sustantivo. Pero tampoco fue así", aclaró.
En su visita a Paraná, convocado por el SATSAID y el ministerio de Cultura y Comunicación, Loreti señaló que "la ley implica en lo formal o en su propio texto una plataforma para aprovechar mucho en materia de pluralismo, diversidad y herramientas. Sólo pensar que hoy se está haciendo ficción en el interior del país da la pauta de esta nueva plataforma", destacó.
En ese sentido, el letrado se refirió al proceso que dio lugar a la ley, que "en términos de lo que fue su construcción termina consolidando un proceso de discusión pocas veces visto, que empezó con los famosos 21 puntos, y con que se reconociera el origen de la ley en la sociedad civil cuando se hizo el proyecto, terminando con una audiencia que permitió que quien quisiera tomar la voz pública frente a la corte pudiera hacerlo", describió para concluir: "así que en términos de aporte al sistema democrático me parece un ejemplo difícil de encontrar en otros casos".
